ENLACE A LA NOTICIA
https://www.farodevigo.es/galicia/2019/12/13/facilitar-acceso-mayores-proteger-jovenes/2216851.html
Facilitar el acceso a los mayores y proteger a los jóvenes, claves para el futuro digital de Galicia
La Amtega destierra el mito de la falta de penetración de internet: la población que lo usa pasó de un 58% a un 84% en diez años – Los expertos apuestan por integrar a toda la ciudadanía, pero con control
Adrián Amoedo, Vigo 13.12.2019
Facilitar el acceso a los mayores y proteger a los jóvenes, claves para el futuro digital de Galicia
Facilitar el uso de la tecnología e internet entre los mayores gallegos, hacer que sea una herramienta útil e integradora y enseñar y proteger a los jóvenes que ya viven pegados a una pantalla desde edades muy tempranas. Estas fueron las principales ideas y conclusiones extraídas en la última edición de los Diálogos con FARO, en la que también se desmitificó la idea de que Galicia está a la cola en algunos indicadores de uso y contratación de internet. «En la última década el porcentaje de personas que usan internet pasó de un 58 a un 84 por ciento; en el caso de la franja de edad entre 55 y 74 años, la subida fue de un 16 al 80 por ciento, la mejor evolución de toda España», resaltó la directora de la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega), Mar Pereira.
Moderado por el director del Área de Tecnología de FARO, Bruno Rodríguez, la mesa redonda contó con la presencia de otros agentes implicados en la materia, conocedores sobre todo de las dificultades y ventajas que ofrece el mundo digital tanto entre los mayores como entre los jóvenes. «Creo que debemos ofrecer a la población todas las posibilidades del mundo, pero también hay que protegerlos y respetar el estilo de vida», matizó el profesor de Psicología de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Antonio Rial, que cree que «es una cuestión de necesidades». «Queremos una sociedad inclusiva, pero también hay que cuidar a los jóvenes a través de un uso responsable», concretó la directora del Amtega.
Para el presidente de la Federación Galega de Asociacións Universitarias Sénior (Fegaus) la cuestión está en «hacer un esfuerzo» en el rural, sobre todo en materia de educación. «La vida cambia totalmente cuando una persona que se jubila empieza en la universidad y no podemos ser egoístas evitando que llegue al rural», comentó Alejandro Otero en relación a una propuesta para hacer llegar las clases a centros alejados de las universidades. «La vida cambia totalmente y no podemos ser egoístas evitando que llegue al rural; creemos que se pueden usar las nuevas tecnologías para ello y hacer que participen de la sociedad», indicó el responsable de Fegaus.
Con los datos de la federación en la mano, Otero recordó que cuando comenzaron tan solo el 50% de la gente con la que trataban tenía email. Ahora trabajan en un programa para que las personas mayores puedan recibir nociones suficientes para desenvolverse con los cajeros y poder hacer todos los trámites que ahora permiten. Sobre todo, teniendo en cuenta la concentración bancaria y la paulatina desaparición de oficinas atendidas. «Somos conscientes de que no es una moda», zanjó.
En los núcleos de población de menos de 10.000 habitantes, el número de hogares conectados pasó de un 74,3% a un 81,2% en el último año. Sin embargo, en muchos caso se precisa de una tarea de iniciar y formar a las personas en nuevas tecnologías, materia en la que son clave las aulas de la red de Centros para la Modernización y la Inclusión Tecnológica (CeMit), repartidas en más de 90 concellos de la comunidad autónoma.
Para contar su experiencia acudió a la sede del decano de la prensa española la responsable del aula de Celanova, Laura Fernández. «Queremos que pierdan el miedo, explicarles la situación actual y las necesidades que se van generando con el uso de la tecnología», explicó. En su caso, atiende principalmente a personas de más de 55 años (de hasta 92 años, concretamente), que buscan desde saber «qué es eso de un smartphone (ya lo mejor traigan uno en la mano)» hasta formarse y alejar de su vida lo que se califica como analfabetismo digital, «un término que no les gusta nada». «Es gente que tiene curiosidad, que trabajó en el rural o en el extranjero y llega con un menor nivel de estudios, pero que quiere saber», ahondó.
Menores
«Es importante generar un contexto de confianza en el mundo digital y esto lo hace la red CeMit», apuntó la directora del Amtega. Sin embargo, recordó también que este tipo de centros no están enfocados solo a las personas de avanzada edad. «Hay que cubrir diferentes aspectos y las aulas se adaptan un poco a la población de la zona en la que están; ahí también entran los jóvenes», concretó Mar Pereira.
Tal y como publicó el pasado agosto este periódico, solo en los últimos cinco años la cifra de niños gallegos que usan redes sociales aumentó un 50% y uno de cada tres escolares de 5 a 14 años emplea internet para mensajes, publicar imágenes o seguir a los llamados influencers. «Hay un acceso absoluto a las tecnologías y están llegando sin control, ni de las familias ni de las instituciones, a los jóvenes», alertó Rial. Para el profesor de Psicología de la USC la situación actual «es una bomba de relojería» que precisa de «una labor real de acompañamiento». «La formación en el mundo digital debe hacerse desde pequeños», matizó.
Así como el presidente de Fegaus avisó de que «hay una soledad tremenda» entre las personas mayores y las nuevas herramientas digitales pueden ayudar a combatirla, la responsable del CeMit de Celanova cree que también pasar entre los más jóvenes. «Ya se puede hablar también de la soledad de los menores», matizó. En su caso, el aula en la localidad ourensana cuenta con programas de formación para los padres en esta materia (también para los chicos y chicas), «pero tampoco vienen». «Nos falta implicarlos en valores», apuntó Laura Fernández.
En este sentido, desde la agencia tecnológica de la Xunta estimaron que la gente más joven «ha nacido con la tecnología como algo omnipresente» y, en consonancia con lo que opina el experto de la USC, «es necesario un acompañamiento para un uso responsable». Pero su directora va más allá del carácter lúdico de internet y sus herramientas. Para Mar Pereira estos nuevos desarrollos deben convertirse «en un elemento de desarrollo profesional» en las vidas de los que están en escuelas e institutos, centros de enseñanza en los que hay que incorporar y mantener el mundo digital para facilitar el acceso a la información, «algo fundamental». «También debemos intentar que se genere un ambiente en el que crear tecnología en Galicia y que no seamos solo consumidores», explicó Pereira.
Madurez
Sin embargo, para la directora de la agencia todavía «no hay un grado de madurez suficiente como sociedad en el uso de las nuevas tecnologías». «La Comisión Europea está viendo que estamos en un punto de inflexión importante y ponen el foco en todo lo que tiene que ver con la tecnología», apuntó Pereira, «y Galicia lógicamente lo tiene muy presente».
Por este motivo, desde la Amtega constituyeron la semana pasada un grupo de trabajo multidisciplinar que reúne a expertos de diferentes perfiles las tres universidades de la comunidad. «La visión es mucho más amplia y requiere reflexiones mucho más profundas y una regulación más específica», concretó.
Para Pereira en la actualidad hay «un punto de inflexión» y en el futuro va a ser clave establecer «unas reglas de juego como sociedad» y el marco de competencias europeo. «Nosotros iniciaremos el trámite de desarrollo normativo de nuestro propio marco, que tiene varias dimensiones y perfiles y cuando alcance el adecuado nivel de madurez se podrán certificar, como pasa con los idiomas, con diferentes niveles y ámbitos», anunció.